Tú me quieres mujer…
T
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ú me pensaste mujer…
y haciendo tu obra te
recreaste un día entero hasta hacerla perfecta.
Tú me has dado un cuerpo de
mujer
y delineaste cada forma
llenando de vida cada átomo en mis adentros.
Todo mi cuerpo fue tocado
por tus manos…
Creado de amor, creado para
amar…
Tú me diste un alma de
mujer, una psicología femenina.
La intuición, el detalle, la
necesidad que tienen las cosas llamadas a existir.
La apreciación de lo bello,
la inteligencia, la capacidad de discernir.
Pero, tú me diste un corazón
de poeta
y me llenaste la boca de
palabras
que ni cuerpo, ni alma, ni
inteligencia lograron contener.
A mí me gustaría quererte de
otro modo
A
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mí me gustaría
quererte de otro modo.
No a escondidas, con reservas…
como amantes que se esconden
que suprimen, callan… silencian.
Como quien no puede hablar…
es sordo, mudo o peca.
Si al leve roce de unos dedos la sangre se calienta.
No por lujuria, no por placeres o apetencia.
Se trata del amor más puro…
del que no entienden, al que le llaman demencia.
Mas, amado, si yo callara…
Si yo callara… gritarán las piedras.
Sombra
P
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refiero ser sombra.
Aquella que te acompaña a todas partes y que no vez.
Simple espectador de la obra.
Reconociendo que en tu vida…
no existen los papeles secundarios.
Silencio
C
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antas tú cuando yo río,
como el tunante enamorado se declara
con sus versos de amor de señorío
en las romerías de la vieja España.
Y tú qué esperas que mi joven beso te regale
como si los besos fueran luminarias
en las noches frías de ciudad errante
entre las dudas y las lágrimas.
Lloras tú cuando yo te quiero
porque el amor no se puede encerrar entre máscaras.
Si supieras de estos versos que te escribo
y que con suerte mi alma calla.
Hasta donde me permitas tú.
E
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s indeleble, fue deliberado…
tú, indómito, inflexible y provocador.
¿Hasta dónde llegas?
“Hasta donde me permitas tú.”
Con tu andar fatuo, eres irascible…
terco, mal hablado y traidor.
¿Hasta dónde llegas?
“Hasta donde me permitas tú.”
Es insólito, incomprensible,…
irracional, tú, prevaricador.
¿Hasta dónde llegas?
“Hasta donde me permitas tú.”
Crisis
L
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as palabras gritan lo que el corazón se calla…
La conciencia es testigo de la crisis interior.
Sucede a tiempo o a destiempo que se escapa
la loca de la casa y toma posición.
No escucha, no hace caso y se convence
de que ella, por derecho, tiene toda la razón.
Más luego en lucidez llora amargamente
la que desvergonzadamente desnuda su interior.
¿Qué tienes? ¿Qué te aflige, mi pequeña?
No sabes que quien sueña arriesgar a develar
sus sueños más recónditos, quizás placeres
que si bien lo quieres los puedes confesar.
Las palabras gritan lo que el corazón se calla…
Mientras mi otra no para de llorar.
Sucede a veces, sí, sucede que se escapa
y es la loca de la casa que no quiere regresar.
No y sí…
N
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o quiero pensar y pienso…
Quiero existir, no existo…
Se trata solo de dejarle al tiempo…
su paso por la carne de los vivos.
Yo quiero sonreír y lloro.
No quiero sentir y vivo.
Se trata solo de desear vencerse
aunque tú cuerpo te pida algo distinto.
No quiero decir y hablo…
Lo quiero hablar y no lo digo
Tú me entiendes si a estas horas
las palabras son el llanto que describo.
Quiero escuchar y no te oigo.
No quiero herirme, pero insisto.
Se trata solo de acallar el alma
que esconde su fragancia en el olvido.
Pesar mío
O
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h, qué pesar sentir lo que el corazón siente.
La humanidad de la carne que nos delata.
El ser mujer y estar consciente,
de querer amar y no sentirse amada.
Dios
T
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e quiero amar más que a mi pensamiento que anda quien
sabe dónde.
Más que a estas ilusiones de otros amores que nunca
fueron.
Te quiero amar en mi presente, porque eres lo único
que tengo.
Lo único verdaderamente mío.
Tú, sí quieres, puedes convertir en ofrenda esta
súplica.
Viento
S
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onreía, siempre sonreía la brisa entre las palmeras.
y los cocoteros de tantas carcajadas caían en el suelo
estrellándose.
Sonreía la vida, las olas, el sol y la arena
enamorando caracolas.
Mientras las nubes preparaban su llanto de lágrimas.
Pero era feliz riendo con los puños llenos de
inocencia.
Acumulando en la sangre la esencia divina de existir.
Corriendo libre como el pensamiento, bailando entre
las quimeras de sus besos.
Esa misma risa quiere contemplarte
porque aunque llueva, el sol no deja de enviar su luz
…y, de todos modos, la brisa sigue siendo la misma.
Sonreía, siempre sonreía la brisa entre las palmeras.
Y los cocoteros de tantas carcajadas caían en el suelo
reventándose.
Los seres humanos mueren, el amor no…
Una canción para Neruda
A
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bandonado quedas ahora…
llega la noche tibia de besos de olvido.
Naufrago de amor en sus labios perdido.
Ya no llega la vida, la carne ni la brisa de mujer.
Brindemos en el ocaso por los idos…
Abandonado, como yo estoy ahora.
Mientras se nubla el pensamiento de los mismos
recuerdos de ayer.
Tú le querías, yo le quería…
Y el deseo ebrio tiritó ávido, suave, se perdió en los
suspiros…
en una noche eterna, Neruda…
en una noche de estrellas sin luz.
El
L
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as señales de humo se acabaron,
los ojos fijos quedaron en la arena.
Soledad también partió sin mi permiso…
y el corazón aprisa se fue con él.
Pero no tuve el valor de levantarme,
ni de contarle lo que sentía.
Como por el moría este mi amor no correspondido.
Muda y quieta… sin palabras
frente al cristal de mi ventana y de mis porqués...
Las señales de humo se acabaron…
y el corazón a prisa corrió tras él.
Fantasía
T
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ú, mi quimera tejida de sueños de insomnio.
Agonía de una equivoca muerte.
Lo que escribo, lo escribo, no te miento
para no sonrosar ni enloquecerme.
La musa sueña cantos de alegría
y el paisaje mudo y quieto me delata.
Tú que sabes lo que el corazón se guarda
dale descanso a este pesar mío.
Que loco desdén, que desvarío
Si tan solo se cruzaran las miradas.
Ya no tengo sueños, voy perdido.
Mátame este corazón que me mata…
Tú, mi quimera tejida de sueños de insomnio…
Tú, mi adiós, mi todo y nada…
Instante
F
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ue bello el instante, un instante de luz.
Como fuegos artificiales en una noche obscura de
verano.
Una explosión ensordecedora que nubló todo raciocinio.
Un instante marcado en las células, indeleble.
Y aunque cambiaron los siglos nadie olvidó.
Fue bello el instante, como gotas de lluvia que
hidrataron el cuerpo.
Mi alma quedó saciada de la pureza de su corazón.
Pero fue sólo un instante…
sólo un instante que culminó.
Si no hablas…
S
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i no hablas llenaré mi boca de tu silencio.
Haré que cruce mi mirada con tus ojos de infinito y te
haga despertar.
Si no escuchas el latido de mi corazón lo acercaré al
tuyo,
para que comprendas que sus cantos hablan de Amor...
Si no hablas llenaré tu boca de mis besos…
de aquellos que aunque añejos te saben mejor.
Dime sino con palabras que esto que siento
lo sentimos tú y yo.
Memoria
“
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Hace
tiempo que nuestros pasos en este mundo son sólo polvo”, me diría Coello.
Desde entonces viajas siempre conmigo en mi memoria.
Nunca fui capaz de renunciar a alguien verdaderamente
amado.
Pero supe a tiempo que entre el cielo y tú
… existe un gran abismo.
Ella vende besos…
E
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lla quiere besos, caricias, ternura.
Ella solo piensa que quizás, puede ser.
Ella siente en su cuerpo menudo
la crisis de los años, el deseo de querer…
Ella siente el paso de las horas
El barco que a sus olas jamás atracó.
El anuncio de los idos
que en el silencio de los siglos
jamás se les olvidó
Ella quiere besos, caricias y ternura…
Ella vende besos y caricias de mujer.
Inocencia
S
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í, si en tu inocencia ríes,
guardaré de tu boca el beso mejor.
Dime que lo que siento no se perderá en ausencia.
Se volverá algún día en un presagio de amor.
Dime que mi vuelo no es huída…
(Ando en busca de la voluntad de Dios.)
Sí, si en tu inocencia ríes…
Yo seré feliz por los dos.
Esperanza
E
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speranza, dime que me quedas tú y beberé del cáliz que
no quiero.
Dime que estarás aquí aunque yo me pierda de vista.
Tú serás lo único perenne que me quede.
Esperanza, dime que me quedas tú y eso me basta.
Aunque en el interior se sientan tantas cosas
distintas…
No puedo ocultarlas, mentiría…
Convivo con ellas, pero no me arrastran
Supongo que se puede confiar aún en la razón…
Esperanza, dime que me quedas tú y regresaré de donde
vengo…
Ido
-¿
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Vendrás?
-Ya no hay espera, partió con el último barco que
atracó.
-¿Vendrás?
-No hay nadie en casa. Solo los fantasmas persiguen
sueños.
-¿Vendrás?
-Ya nadie te recuerda. ¿Olvidaste que olvidé?
-¿Insistes?
-Ya no queda nada.
Todos partieron y en el silencio dejaron sus amores.
Nadie quedó para llorarlos.
Suficiente
P
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areciera que a tropel todos estos años se han volcado
en una palabra.
Había olvidado que se sentía pronunciar un poema.
Algunas veces la razón pierde sus estribos
y no hay señales de alarma que detengan el paso del
agua.
Fui feliz con el momento y eso para mí… fue
suficiente.
Quizás
E
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se tal vez que se siente y no se dice
o se dice una y mil veces sin hablar.
Ese tal vez no deja que la vida siga.
Me detuve en el camino, pero nadie vendrá.
Ese quizás latente y fuerte entre los labios.
Esos ojos llenos de hambre que ningún hombre saciará.
¿Qué ves tú en mi mirada?
¿Qué cosa en mí te puede gustar?
Ese quizás que se dice y no se dice
una y mil veces sin hablar.
Me detiene en el camino donde nadie andará.
Mi sufrida idea
Q
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uiero hablar de esas palabras que pronunciarlas es
difícil.
Quiero despertar libre como tú… mi sufrida idea.
¿Te quedarás ahora que sabes de mis intentos?
¡Cuánto daría por decirte adiós!
No puedo cambiar la verdad por estas mis palabras.
Sería una quimera jurar que volverías.
Las gaviotas cantan sus melodías en la playa,
mientras las olas se divierten rozando mis pies.
Quiero hablar de estas mis palabras...
para que las canciones del alba mueran en mí.
Sé que pronunciarlas es difícil…
sólo te pido que en tu adiós no me hieras…
¡Cuánto daría por decirlo yo!
En espera
E
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lla espera… como cada tarde en la alameda
que viene y llega a ninguna parte.
Ella sueña… que recorre junto a él ese sendero
de ilusiones y espejismos, son solo cuentos…
pues nadie sabe que sea de él.
Ella no llora… las lágrimas se le secaron.
Los sentimientos no son los mismos de entonces.
Ella espera, ella sueña, pero no hay llanto…
Existes
E
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xistes y yo te amo porque el ocaso es más tenue cuando
tus ojos lo miran.
Existes y yo me quedo extasiado de tanta belleza que
brota de tus formas.
Existes, pero no distingues los besos que de mi boca salen.
Tú, presencia ausente, existes… pero no reconoces mi
obra.
Existes y yo te amo porque la lluvia recorre tu cuerpo
y de ella estoy celosa.
Existes y yo me quedo solo aquí a la distancia de un
abrazo que no aceptas.
Existes, pero toda en ti eres ausencia…
Tú, mi presencia ausente, existes…
pero te niegas a ti misma el llamado a la existencia.
Adiós
T
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e veré en el cielo,
cuando ya no tenga sueños humanos ni fantasías.
Cuando el sol dejé de curtirme y se comience otra
vida.
Cuando el amor se transforme en Amor
y ya no sean necesarias las lágrimas.
Ausencia
T
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us ojos fijos… pero ausentes.
Tu sonrisa cálida… pero discreta.
Tus manos tibias… pero inmóviles.
Tu corazón que late… pero que no revela…
su máscara de Otelo enamorado que hiere… mata…
silencia.
Si son tus celos más poderosos que los míos…
habla o calla, dime… contesta.
Tus ojos fijos… me miran ausentes.
El silencio de tus palabras me condena.
Escribe
E
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scribe… son las letras las que hablan del sentir del
corazón.
Ellas no mienten, ellas no engañan…
Ellas son capaces de llamar a las cosas como son.
Palabras… ¿quién pronunciaría una
sino con el temor de ver desnudada su alma y no ser
comprendida en su intensión?
Escribe… son las letras las que hablan…
el corazón no…
Rendición
N
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o hubo besos humanos,
pero sí cientos de caricias divinas que saciaron el
amor.
No renunciaste nunca y tus proyectos fueron superiores
a los míos.
Me cansé de esperarte
A
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yer posé mis ojos en ti y te vi sonreír.
Sentí en mi interior que el paso de los años solo
añejó el vino.
Y una multitud de recuerdos salió en bandada
destruyéndolo todo…
hasta entonces olvidarte había sido posible.
Miré mi realidad entre harapos y mentiras (que engaño).
Solo yo misma osé mentirme descaradamente.
Ni un palabra y fueron suficientes las lágrimas
vertidas
un torrente en crecida bajo la pendiente.
Ayer posé mis ojos en ti y vi que sonreías…
Justo ayer me cansé de esperarte…
Noche triste
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us ojos… tu pelo… tu piel…
Impregnados en mí son solo marcas…
Cuando haya dudas
dame el consuelo de que tu amor al menos
no me abandonará.
Si notas que a pesar de los deseos y las buenas
intenciones
gana siempre esta sensación de cautividad.
Oh, amado de mi alma,
¿a dónde has ido en esta noche triste que huele a
soledad?
Tus ojos… tu pelo… tu piel…
Impregnados en
mí son solo marcas…
Dime tu nombre
D
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ime que pronunciar tu nombre
es como derramar un cántaro sobre la tierra
antes que la aridez genere grietas incurables.
Nunca antes vi surgir como fuente las ilusiones en
unos versos.
Imagínate que siento que perdí un instante de lucidez.
Entonces el amor durmió, pero no así tu nombre.
Minimalista
Solía escribir poesías largas hasta que enmudecí mi
boca
La silenciaron tus besos y así callaste a mi corazón.
Pero él encontró la manera de explicarse a sí
mismo.
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