lunes, 1 de febrero de 2016
El dolor nos transforma
Tú sabes que algo en ti cambió y que ya nada será como antes. Aunque escondas detrás del maquillaje una sonrisa y finjas que no te duele, algo en ti se movió. Aunque enumeres razones la verdad es que las circunstancias ya te hirieron lo suficiente... No se trata de perder la esperanza sino de abandonar las falsas ilusiones que sólo tú te construiste y aceptar en la paz lo que no puedes cambiar. Solo en la reciprocidad se viven las relaciones justas y solo desde el perdón puedes encontrar la paz. Ahora solo te queda el coraje de decir adios y caminar sobre tus propios pies... aunque el frío queme, aunque el camino sea incierto, aunque la herida sangre te tienes a ti misma, aún Dios está dentro y jamás te abandona. ER, La libertad tiene alas
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